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sábado, 16 de septiembre de 2006

La princesa que dejo de creer en cuentos de hadas

Había una vez una princesa, de besos con sabor a fresa, que vivía en un castillo, mientras observaba impertérrita como su vida se iba a suicidar desde el torreón mas alto, de largos cabellos oscuros, peinándolos cada noche, esperando que su amado príncipe azul, llegara en su caballo plateado para rescatarla de las malvadas garras del ogro, que la obligaba a vivir allí. Su vida se iba consumiendo al igual que las velas que le daban luz y calor a sus noches, esperando, lunas tras luna, que su amado se asomara a la ventana y que tras despertarla con un cálido beso en los labios, se la llevara para siempre jamás.... Pero los tiempos cambian ,y la madura lucidez hace abrir los ojos, y esta princesa seguía peinando sus cabellos, en el verano de 2006, pero tuvo el valor de enfrentarse con su ogro, que abandonó el castillo pero seguía allí retenida, encerrada por su propio miedo. Ya no daba besos de fresas, su príncipe no ha legado aun, y recuerda a veces, que sus besos con el, sabían a chocolate. Pero su sangre azul, del mismo color que su esencia, después de haber estado mucho tiempo dormida, la hace despertar de la pesadilla y del embrujo de ser una princesa, y empieza a ser lo que ella realmente quiere en la vida. Empieza a perseguir sus sueños, a salir a pasear, a recuperarse de las tinieblas en las que se vio sometida, a llevar las riendas de su propia vida, a luchar por ella y por lo que siempre ha querido. La sangre azul nos hace fuerte y es lo único que me llevo de aquí. Mi príncipe no es azul, se ha convertido es un chico normal que viste de negro y que no es una victima del consumismo, es alguien muy especial a quien le debo mi vida. Ya no sueño con hadas ni con rescates, ahora vivo de la ilusión de llenar mi maleta, coger el bus, y seguir viviendo. La princesa no se murió de pena, se convirtió en una chica normal, que sabe lo que quiere y lucha por ello y sabe que todo es difícil de conseguir, pero que no se puede quedar llorando en su castillo con la mirada perdida. Que tiene que ser una chica guerrera y luchar por lo que realmente cree. Y porque ahora es la misma niña de siempre, pero mas distinta que nunca, aunque para su chico sea siempre su princesa... Lady Mariam,

1 comentario:

N dijo...

Escribo aquí, pero en realidad podría hacerlo en cualquier otro lado, porque he leído tu blog entero de arriba abajo. Lo que escribes tiene algo que... conecta con mi ideario personal a un nivel casi subconsciente (aunque en términos freudianos podría decirse "mágico"). Las princesas en realidad son más fuertes de lo que todos los príncipes se piensan, pero tendemos a amar tan prolongadamente que nunca dejaríamos de querer protegerlas, aún y cuando sabemos que ellas, y solo ellas, son las únicas que tienen las riendas de su vida.

Y sí..., solemos vestir de negro.

Un beso del príncipe de celofán.

PD.: Espero que sigas escribiendo. ^^