A veces las palabras que salen del corazón se atrancan en la compuerta del miedo. Como un vagón de metro en Tokio. Como la puerta del corte inglés el primer día de rebajas. Se deberían de descoser los labios aterrados, como las axilas de las camisetas de Zara. Miles de chinos a toda prisa. Marujas corriendo con los bolsos colgando. Yo sigo yendo a pie y usando hilo transparente, zurciéndome la vida con los ojos rasgados.
Hoy encontré el botón que le faltaba a mi sonrisa.
11 comentarios:
Abrochalo fuerte, que en otoño siempre hay corriente, querida.
que bueno amiga... encontrar ese botón faltante en tantas personas... ahora a abrocharlo y sonreír..
besotes!
Cóselo pronto, no queremos que nos falte tu linda sonrisa
Si pilla Sabina lo que has escrito, se monta una canción seguro.
Es delicioso leer algo escueto pero muy muy íntimo y que cuenta muchas cosas en cuatro líneas.
Agradecido a tu creatividad.
Saludos.
Yo sigo bucando varios tornillos que se me cayeron.
este ha sido de los qmas me gustaron, muy bueno
bessos
No me hables de miedos que estoy servida :)
Besicos
No pienso pagar esa multa, no me la merezco.
Besos.
Pues no vuelvas a perderlo..
Como la pille Sabina, me voy a acordar del Canon de las narices, de los derechos de autor y va a probar de su propia medicina y dos cucharadas!
hacia dias que no pasaba, pero ya me puesto al dia, me encanta este post en concreto, un abrazo.
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