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domingo, 8 de octubre de 2006

Así es la vida

A lo largo de mi vida he aprendido, que aparte de que las cosas salgan bien o mal, la vida es muy injusta con nosotros, y cuando duele solo podemos resignarnos a dejar que la injusticia nos arrolle por encima como una apisonadora. No llores, no gimas, ni muestres que tienes dolor, solo aguanta y suplica que pase lo más rápido posible. Ahora mismo solo tengo genio, para lo que depende exclusivamente de mí. Era como cuando me preguntaba, de pequeña, por qué mi padre no venia a recogerme a la puerta del colegio, y veía a todas mis compañeras como se abrazaban al cuello de su amado progenitor. Ya no espero cada fecha señalada que se acuerde de felicitarme por un año mas, en el que el tuvo que ver directamente. En mi vida. Ahora solo me resigno a ver que las injusticias se ceban “porque sí”. Pero me sigue doliendo igual, cuando veo que amigos se me quedan el camino, injustamente, que no me puedo despedir de mis seres queridos, como quisiera y que tengo una soledad que no merezco. Parece que la apisonadora ha frenado en mis rodillas. Se esta tomando encima mía un descanso. Es amarilla, enorme, y muy pesada. Minutos que son eternos cuando hay dolor. El martini por lo menos me deja medio borracha y me duele menos, actúa como anestésico. A palo seco, esperando la amputación. Y sigo encogiéndome de hombros, por situaciones, injusticias y maldades hacia mí, que no entiendo, y que solo acepto con sumisión, mientras controlo que mis lagrimas no corran por mis mejillas, y que me duela todo lo menos posible. Así es la vida.

1 comentario:

Mayte dijo...

La vida es hermosa o es triste, siempre hay cosas que no deseamos, que no son buenas o al menos no como las esperamos, pero siempre hay algo que nos hace sonreir y saber que quizás así es la vida..pero hay que vivirla.

Un biko y gracias por visitar mi espacio!