Reviéntame el deseo.
Deja que ese escalofrío infernal
me recorra toda la espina dorsal
para poder entregarme a tu cuerpo.
Condéname a la lujuria de tus besos
de las caricias prohibidas que me llevan al éxtasis
Despedaza mis gemidos, amárrate en mi pelo
Y reviéntame la ausencia por no sentirme tuya, nunca más.
Mía. Ya soy Mía, porque ningún otro susurro
se repite dominante en mis oídos. Mía.
Aprisióname con fuerza las muñecas,
para que no pueda huir de tu poder.
Detóname el miedo por entregarme a lo que mas anhelo
El imperio que late por mis venas, el que deja de ser mío.
Captura mis ansias y la sed con locura de tu cuerpo,
ya no me pertenezco. Poséeme por toda la eternidad.
Mía.
8 comentarios:
Me gusta la pasión escrita que nos entregas..
excelente..
saludos fraternos con mucho cariño
un abrazo
besos
Lo mejor el arrojo de sentimiento.
Abrazos
muy intenso jjj y pasional que es lo importante
bessetes
Adolfo Payés:
Me alegro de que te guste, hacía mucho tiempo que no escribía nada asi.
Besos y buen fin de semana!!!
Palmoba:
Me alegro, es el arrojo de pasión...
Besos!!!
yaves:
Has visto??? jejejeje pasión, pasión y pasiónnnn!!!!! :P
Besos
Me encanta! Es pura pasión que te conmueve y te arrastra. Te felicito!
Besos
Gracias por tu visita.
Sangriento poema. Dejar de ser, para regalarse. No, ni siquiera eso. Es... diluirse en su espacio vital.
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