Mis tres vidas

Tengo tres vidas. La pública, la privada y la secreta.

La pública es la que mantengo con mi blog, mi familia y con mis amigos. Llena de risas y ocurrencias, de sol y de colectividad. La privada es la que comparto con mi media luna cuando las nubes no empañan mis noches y puedo disfrutar de ella si aparece, Pero sobre todas, las inventadas y por inventar la que mas guiña mi felicidad es la secreta. La que mas me interesa es esta última porque esconde la única realidad que tengo. Sólo es mía y nada mas que mía. No la conozco ni yo, y a veces sólo la imagino verde y salpicada de purpurina, como las alas de un hada traviesa y diminuta del bosque, otras azul y blanquecina como un cielo alegre de primavera. Es parte de los secretos que habitan en un hemisferio perdido, desconocido e invisible al exterior de mi cabeza. Susurros que ni mi conciencia conoce pero que reconoce cuando los huele en el viento, porque vuela sin cesar, pero amarrada con una caricia de bramante clavada con una estaca en la playa de mi memoria. Quiero que vuele muy alto pero sin llegar a perderla de vista, en ningún atardecer malherido porque es la vida donde no existen las palabras, donde perdí la cordura y el sentido de la realidad, pero es el reinado de un impar mundo que elegí, donde la lucidez de mi silencio dispara mi adrenalina y mi intuición, mientras nos reímos de tantas cosas, aderezadas con polvo de ángel.