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sábado, 26 de junio de 2010

Mi deseo de ayer

Al final, esta tarde me han besado. No ha sido el beso fraternal que decliné, sino una gallardía de mi parte contratante para llegarme a la campanilla, en sentido literal y en varias ocasiones. Ha sido un poco extraño, inesperado y con sabor a fresa. La verdad es que creo que jamás he besado de este modo a alguien que tuviera la boca con la misma magnitud que la mía. No sé si es cierto (empiezo a creer que si) la ley de la atracción del secreto. Anoche quería un beso y esta tarde me ha faltado realmente poco para sacar el spray de pimienta y ofrecerle caramelos de bromuro. ¿Cuál será mi siguiente deseo? Feliz fin de semana para todos. Buenas noches.

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