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viernes, 22 de octubre de 2010

La muñeca

Hoy me he enamorado de nuevo. Ha venido a casa una amiga que hace años que no veía, y ha traído con ella a su hija. Un princesa de dos años de la que me he quedado prendada nada más conocerla y fijar mis ojos en el metro apenas que levanta del suelo. Por todos vosotros es conocido mi amor por los niños y mi debilidad especial por las niñas (me quedo pasmada mirando las cocinitas de juguete) y esta tarde me he vuelto loca con ella jugando con los peluches que adornan mi cama. Me quedaba mirándola mientras hablaba y se recreaba en las conversaciones de sus nuevos amiguitos, y sin darme cuenta, me he ganado una nueva amiga que es una muñeca que me ha tenido toda la tarde sonriendo. Si algún día se cumple mi deseo de ser madre, seré la mujer mas feliz sobre la faz de la tierra. Adoro a estos pequeñuelos desde siempre y creo que no existe mayor gozo en el mundo, que el de dar vida a través de una vida. Mi amiga me ha dicho que ya que se me dan tan bien los niños, el día menos pensado cuando lo necesite, ya sabe con quien dejarla. Y yo he asentido, con una amplia sonrisa, sin pensar (será de la fiebre que padezco por este dolor de garganta contagiado por mi parte contratante dicho sea de paso) que todos los niños, vienen sin manual de instrucciones cuando te pones a buscarles la abertura de las pilas alcalinas cuando deseas que dejen de llorar y de patalear y que el interruptor para apagarlos, se llama "sueño profundo por agotamiento".

Espero que llegue el día en el que me acuerde de las ganas que tenía de ser mamá, cuando me desespere intentando dormir a uno de mis retoños.

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