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viernes, 15 de abril de 2011

Hate ( primera parte)

Todos tenemos nuestras pequeñas ( o no tanto) manías, y repulsiones, de modo que hoy me he decidido a hablar de algunas que tengo.

Los sujetadores.

Los odio, los detesto a más no poder, para mí son prácticamente instrumentos de tortura medievales. Cuando llego a casa estoy deseando quitarme la ropa para quedarme cual indígena feliz de la vida danzando al sol mientras le bota el pecho. Evidentemente lo de tener que ir a comprarme un sujetador es algo así como una visita al ginecólogo. Voy porque no me queda mas remedio. Da igual que me aprieten o no, o que sean de encaje negro o de colores, armas de seducción, pero desde que era pequeña he sentido aberración por esta prenda.

El arroz con tomate .

Siempre me he caracterizado por comer de todo, al contrario que mi hermana pequeña, pero si existe un plato que no me entra de ninguna de las maneras, es sin duda este. Es extraño porque siento verdadera pasión por la paella, y el arroz me gusta de muchas maneras, pero con tomate.. pues no. No sé si siendo una niña algún día me cayó mal o que sencillamente el sabor no me gusta, pero si quieren hacerme rabiar y que me salgan los ojos de las órbitas, ya sabéis el menú del día para que tiemble.

Las “abejas-avispas”.

Sea el que sea de los dos, no existe un animal en el mundo que no me ponga mas histérica. Ni siquiera las serpientes que me causan un desmayo ipso ipso( a mi parte contratante le encantan y tengo hasta una foto suya con una de ellas al cuello) o los gusanos que me dan repelús, pero este bicho insignificante al lado de un toro ( a los que no temo casualmente) me saca de mis casillas en cero cinco. Ni la abeja maya, ni la miel ni nada, no me gustan de ninguna de las maneras y ya no sé que hacer cuando se me acerca alguna, que no sea correr espantada y aguantándome el gritar en la dirección contraria. Creo que tengo muchas manías más, así que esta entrada será la primera parte de algunas inmersiones en mi conciencia y en mi forma de ser.

La foto es de la carta de platos del Ambigú, uno de mis sitios preferidos en Sevilla, menos mal que no tienen arroz con tomate.

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