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jueves, 20 de noviembre de 2014

Tiempo de castañas

Eras una fruta temprana, llena de color, de pasión, y de frescura en mi primavera. Eras una sandía de las que llaman la atención cuando las abres por la mitad, y las hueles y observas de cerca, pero quisiste soltarla y me reventó delante, en los pies. Un trimestre ha pasado ya, y ha sido el tiempo suficiente para aceptar que ya no existes, y que ahora mismo no me apetece seguir teniendo tu color rojizo en mi vida. Esto es así, si dejas que pase el tiempo, el mismo fruto no vuelve a salir de nuevo y va consumiéndose poco a poco. No es el mismo tren que hace a diario varios recorridos, es algo que se rompe y que no se puede restaurar, sobre todo si eres fruta de verano y ya es tiempo de castañas asadas. Lo siento, pero ya nada es igual.

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